"Yo los haré fuertes y en mi Nombre marcharán" (Zacarías 10, 12)

de Lamentaciones

Lamentaciones 3, 55

“Entonces invoqué tu Nombre, Señor,
Desde lo más profundo del pozo.
Tu escuchaste mi voz:
!No cierres tu oído
a mi grito de auxilio!
Te acercaste el día que te invoqué
y dijiste: “!No temas!”

El Santo Nombre en los Salmos



SALMO 5 ,12
“Tu proteges a los que aman tu Nombre, y ellos se llenarán de gozo”.

SALMO 7, 18
“Daré gracias al Señor por su justicia y cantaré al Nombre del Señor Altísimo.”

SALMO 8, 10
“Señor, nuestro Dios, que admirable es tu Nombre en toda la tierra”.

SALMO 9, 3 y 11
-“Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar himnos a tu Nombre Altísimo”.

-“¡Confien en ti los que veneran tu Nombre, porque tú no abandonas a los que te buscan!”

SALMO 18, 50
“Te alabaré entre las naciones y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre”

SALMO 20, 2
‘El Señor te haga triunfar en el momento del peligro, que el Nombre del Dios de Jacob sea tu baluarte”.

SALMO 22 , 23
‘Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea.’

SALMO 25, 11
“Por el honor de tu Nombre, Señor, perdona mi culpa, aunque es muy grande”


SALMO 29, 2
!Aclamen la gloria del Nombre del Señor, adórenlo al manifestarse su santidad!

SALMO 30, 5 
 “Canten al señor, sus fieles; den gracias a su santo Nombre”

SALMO 31, 4
“Porque tú eres mi roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme”

SALMO 33, 21
“Nuestro corazón se regocija en él, nosotros confiamos en su santo Nombre.”

SALMO 34, 4
“Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos.”

SALMO 44, 5 y 9
-“Con tu auxilio embestimos al enemigo y en tu Nombre aplastamos al agresor.’

-‘El Señor ha sido siempre nuestro orgullo: damos gracias a tu Nombre eternamente”.

SALMO 52, 11
“Te daré gracias eternamente por lo que has hecho, y proclamaré la bondad de tu Nombre delante de tus fieles”.

SALMO 54, 3 y 8
-“Dios mío, sálvame por tu Nombre, defiéndeme con tu poder.
Dios mío, escucha mi súplica, presta atención a las palabras de mi boca.”

-“Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu Nombre, porque es bueno”.

SALMO 61, 6 y 9
-“Porque tú, Dios mío, tienes en cuenta mis votos y me das la herencia de los que temen tu Nombre”.

-“Así cantaré a tu Nombre eternamente y día tras día cumpliré mis votos”

SALMO 63, 4 y 5
-“Porque tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán.”

-“Así te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu Nombre”

SALMO 66, 2 y 4
-“¡Aclame al Señor toda la tierra ¡
¡Canten la gloria de su Nombre!”

-“Toda la tierra se postra ante ti, y canta en tu honor, en honor de tu Nombre”

SALMO 68, 5
¡Canten al Señor, entonen un himno a su Nombre!
¡Ábranle paso al que cabalga sobre las nubes!
Su Nombre es “el Señor”; ¡griten de alegría en su presencia!”

SALMO 74, 10, 18, 21
-“Alzaron sus hachas como en la espesura de la selva, destrozaron de un golpe todos sus adornos, los deslucieron con martillos y machetes, prendieron fuego a tu santuario, profanaron hasta arrasarla, la Morada de tu Nombre”

-“¿Hasta cuándo, Señor, te insultará el enemigo?
¿Nunca cesará el adversario de despreciar tu Nombre?
¿Por qué retiras tu mano, Señor, y la mantienes oculta en el pecho?”

-“Recuerda, Señor, que el enemigo te ha ultrajado, un pueblo insensato a despreciado tu Nombre: no entregues a los buitres la vida de tu Paloma, ni te olvides para siempre de los pobres.”

-“Que el débil no retroceda lleno de confusión, que el pobre y el oprimido alaben tu Nombre.”

SALMO 75, 2
“Te damos gracias, Señor, te damos gracias, los que invocan tu Nombre narran tus maravillas.”

SALMO 76, 2
“Dios es bien conocido en Judá, su Nombre es grande en Israel.”

SALMO 79, 6 y 9
-“Derrama tu furor sobre las naciones que no te reconocen, y sobre los reinos que no invocan tu Nombre”.
-”Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre, líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu Nombre”.

SALMO 80, 17
“Que tu mano sostenga al que está a tu derecha, al hombre que tu fortaleciste, y nunca nos apartaremos de ti, devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre”

SALMO 83, 17
“Cúbreles el rostro de ignominia, para que busquen tu Nombre, Señor”.

SALMO 86, 9, 11, 12
-“Todas las naciones que has creado vendrán a postrarse delante de ti., y glorificarán tu Nombre, señor, porque tú eres grande, Dios mío, y eres el único que haces maravillas”.

-“ Indicame tu camino, Señor, para que yo viva según tu verdad; orienta totalmente mi corazón al temor de tu |Nombre.”

-“Te daré gracias, Dios mío, de todo corazón y glorificaré tu Nombre eternamente, porque es grande el amor que me tienes, y tú me libraste del fondo del Abismo”.

SALMO 89, 13, 16, 17, 25
-“Tuyo es el cielo, tuya la tierra, tú cimentaste el mundo y todo lo que hay en él; tú has creado el norte y el sur, el Hermón y el Tabor , aclaman tu Nombre”

_”Feliz el pueblo que sabe aclamarte. Ellos caminarán a la luz de tu rostro, se alegrarán sin cesar en tu Nombre, serán exaltados a causa de tu justicia.”

-“Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán, su poder crecerá a causa de mi Nombre”.

SALMO 91, 14
“Lo protegeré, porque conoce mi Nombre, me invocará, y yo le responderé.”

SALMO 92, 1
“Es bueno dar gracias al Señor, y cantar Dios Altísimo, a tu Nombre; proclamar tu amor de madrugada y tu fidelidad en las vigilias de la noche”.

SALMO 96, 2 y 7
-“Canten al señor, bendigan su Nombre, día tras día proclamen su victoria”

-“Aclamen la gloria y el poder del |Señor; aclamen la gloria del Nombre del Señor.”

SALMO 97, 12
“Alégrense, justos, en el Señor y alaben su santo Nombre”

SALMO 99, 3 y 6
-“Alaben tu Nombre grande y temible.
¡Santo es el Señor!”.

-“Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes, y Samuel, entre los que invocaban su Nombre, clamaban al Señor y él les respondía”.

SALMO 100, 4
‘Alaben al Señor, y bendigan su Nombre.”

SALMO 102, 13 y 16
-‘Pero tú, Señor, reinas para siempre, y tu Nombre permanece eternamente.”

-“Las naciones temerán tu Nombre, Señor. Y los reyes de la tierra se rendirán ante tu Nombre.”

SALMO 103, 1
“Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre.”

SALMO 105, 1 y 3
-“!Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, hagan conocer entre los pueblos sus proezas!.”

-“!Gloriense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor!”

SALMO 109, 21
“Pero tú, Señor, trátame bien por el honor de tu Nombre, líbrame por la bondad de tu misericordia.”

SALMO 115,1
“No nos glorifiques a nosotros, Señor, glorifica solamente a tu Nombre, por tu amor y tu fidelidad.”

SALMO 119, 55 y 132
-“Por la noche, Señor, me acuerdo de tu Nombre y quiero cumplir tu ley.”

- ‘Vuelve tu rostro y ten piedad de mí, es justo que lo hagas con los que aman tu Nombre.”

SALMO 135, 13
“Tu Nombre, Señor, permanece para siempre.”

SALMO 144, 1 y 2
-“Te alabaré, Dios mío a ti, el único Rey, y bendeciré tu Nombre eternamente, día tras día te bendeciré y alabaré tu Nombre sin cesar”.

SALMO 145,  21
“Mi boca proclamará la alabanza del señor; que todos los vivientes bendigan su santo Nombre, desde ahora y para siempre.”

SALMO 148, 12 y 13
“Los ancianos, los jóvenes y los niños alaben el Nombre del Señor. Porque sólo su Nombre es sublime.”

SALMO 149, 3
“Celebren tu Nombre con danzas, cántenle con el tambor y la cítara, porque el Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a los humildes.”

Enviado por Hna. Mar de Betaña
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de oración colecta

¡Oh Dios..! que dispusiste que tu Hijo unigénito fuese el Salvador del mundo y se llamase Jesús, concédenos gozar en los cielos de la visión de aquel cuyo Nombre veneramos en la tierra.

Misal Romano, oración colecta de la fiesta del santo Nombre de Jesús.

Akathistos a Jesús, Nuestro Señor


1.      Oh Guía, defensor en la lucha. Señor, vencedor del infierno, ya que me has salvado de la muerte eterna canto tu alabanza, yo, tu criatura, tu siervo. Tú, cuya misericordia no tiene límite, libérame hoy de todo peligro, Tú, a quien yo invoco:

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

2.      Oh Creador de los ángeles y Señor de las potencias del cielo, Tú que has abierto el oído y la palabra al sordomudo, ilumina mi espíritu y desata mi lengua para que pueda alabar a Tu Nombre purísimo y dirigirme a Ti con este canto:

Jesús, belleza luminosa, estupor de los ángeles.
Jesús, fuerza invencible, liberación de nuestros padres.
Jesús, dulzura inmensa, alabanza de los patriarcas.
Jesús, Señor muy amado, cumplimiento de los profetas.
Jesús, admirable en la fuerza, gloria de los mártires.
Jesús, paz resplandeciente, alegría de los monjes.
Jesús, lleno de benevolencia, dulzura de los sacerdotes.
Jesús, misericordia incansable, regocijo de los santos.
Jesús, purísimo, pureza de las vírgenes.
Jesús, Tú eres desde siempre, salvación de los pecadores.

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

3.      Cuando viste a la viuda quebrantada de dolor, tuviste piedad de ella, Señor, y resucitaste a su hijo que estaban llevando a la tumba. Del mismo modo, Tú que amas a los hombres, fortalece mi alma y ten piedad de mí, que te grito:

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

4.      Buscando entender al Incomprensible, Felipe te dijo: “Señor, muéstranos al Padre”. Tú le respondiste: “¿Hace tanto tiempo que estoy con ustedes y tú no me conoces, Felipe? ¿No crees que yo estoy en mi Padre y que mi Padre está en mí?” A Ti, que estás más allá de toda comprensión, con temor te grito:

Jesús, Dios desde siempre y por siempre.
Jesús, Maestro muy paciente.
Jesús, Salvador lleno de compasión.
Jesús, Amor inmenso, custódiame.
Jesús, purifícame de mis pecados
Jesús, aparta tu mirada de mis culpas.
Jesús, libera de mi corazón toda falsedad.
Jesús, yo espero en Ti, no me abandones.
Jesús, no me rechaces lejos de Ti.
Jesús, mi Creador, no me olvides.
Jesús, Tú el único Pastor Bueno, vela por mí.

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

5.      Jesús, Tú has revestido con el poder de lo alto a los apóstoles que permanecían en Jerusalén. Del ardor del Espíritu Santo revísteme también a mí aunque esté desprovisto de toda obra buena y concédeme cantarte con amor: Aleluia.

6.      Jesús, en la riqueza de tu misericordia has llamado al publicano y al pecador, ahora vuélvete hacia mí, que soy como ellos y acepta este canto como mirra muy preciosa:

Jesús, fuerza invencible.
Jesús, ternura infinita.
Jesús, belleza luminosa.
Jesús, amor inefable.
Jesús, Hijo de Dios viviente.
Jesús, te piedad de mí, pecador.
Jesús, ilumíname porque estoy en la oscuridad.
Jesús, purifícame de toda culpa.
Jesús, recondúceme a Ti, como el hijo pródigo.

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

7.      Asaltado interiormente por una tempestad de duda, Pedro se hundía. Cuando te ve presente corporalmente y caminar sobre el agua, te reconoce verdadero Dios, y aferrándose a la mano que salva dice: Aleluia.

8.      El ciego te siente pasar, Señor,  y se pone a gritar: “¡Hijo de David, ten piedad de mí!”. Llamándolo, Tú le devolviste la vista. Del mismo modo, en tu ternura, ilumina los ojos de mi corazón, a mi que te grito, diciendo:

Jesús, Creador de los ángeles.
Jesús, Redentor de los hombres.
Jesús, vencedor del infierno.
Jesús, Tu has revestido de belleza a toda criatura.
Jesús, reanima mi alma.
Jesús, ilumina mi inteligencia.
Jesús, colma de gloria mi corazón.
Jesús, da la salud a mi cuerpo.
Jesús, mi Salvador, sálvame.
Jesús, mi luz, ilumíname.
Jesús, de todo tormento, libérame.
Jesús, sálvame, aunque sea indigno.

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

9.      Con tu sangre derramada, nos has rescatado. Así, Jesús, no nos dejaste prisioneros, esclavos de nuestras pasiones y de la profunda tristeza. Haznos verdaderamente libres, a nosotros que te gritamos: Aleluia.

10.  Los hijos de tu pueblo han visto, en un cuerpo como el nuestro, a Aquél que con su mano había creado al hombre. Y, habiéndolo reconocido como el Señor, buscaban festejarle agitando los ramos y gritando: ¡“Hosanna”! Del mismo modo, nosotros te ofrecemos un himno diciendo:

Jesús, verdadero Dios.
Jesús, Hijo de David.
Jesús, Rey de la gloria.
Jesús, Cordero inocente.
Jesús, Pastor maravilloso.
Jesús, Custodio de mi infancia.
Jesús, Consejero de mi juventud.
Jesús, alabanza de mi vejez.
Jesús, esperanza en la hora de mi muerte.
Jesús, vida después de la muerte.
Jesús, consolación en la hora misma de mi juicio.
Jesús, mi único deseo ábreme la puerta de tu Reino.

11.  Llevando a cumplimiento el mensaje de los profetas inspirados por Dios, viniste al mundo, Jesús. Quisiste habitar entre nosotros. Tú, el Infinito, tuviste compasión de nuestra enfermedad. Porque, nos sanaste por tus heridas, nosotros hemos aprendido a cantar: Aleluia

12.  La luz de tu Verdad se levantó sobre el universo entero, y la mentira fue rechazada: los ídolos, Señor, no soportaron tu poder y cayeron. Y nosotros que recibimos la salvación de Ti, te cantamos:

Jesús, Verdad que rechaza la mentira.
Jesús, luz que no decae.
Jesús, tan grande en tu poder infinito
Jesús, Dios inquebrantable en tu compasión.
Jesús, Pan de vida, sáciame, que tengo hambre.
Jesús, fuente de la inteligencia, sáciame que tengo sed.
Jesús, vestido de gloria, envuélveme, que soy corruptible.
Jesús, manto de alegría, recúbreme, que soy indigno.
Jesús, que das a quien pide, concédeme llorar mis pecados.
Jesús, que abres a quien golpea, abre a mi pobre corazón.
Jesús, Redentor de los pecadores, purifícame de mi pecado.

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

13.  Queriendo revelar el misterio escondido desde los siglos, como un cordero mudo has sido inmolado, Jesús. Siendo Dios, has resucitado de entre los muertos y has subido al cielo en la gloria. Contigo, nosotros hemos resucitado, y te gritamos: Aleluia.

14.  Ante nuestros ojos hiciste tu obra maravillosa cuando el Creador, nacido de la Virgen, se manifestó: resucitó de la tumba, sin romper los sellos, se presentó corporalmente a los apóstoles a puerta cerrada. Por esto, maravillados cantamos con fuerza:

Jesús, Verbo incomprensible.
Jesús, Palabra impenetrable.
Jesús, poder inaccesible.
Jesús, sabiduría inconcebible.
Jesús, divinidad inmensa.
Jesús, Señor de todo el universo.
Jesús, soberanía infinita.
Jesús, fuerza estrepitosa.
Jesús, poder eterno.
Jesús, mi Creador, ten compasión de mí.
Jesús, Salvador, sálvame.

15.  Viéndote, Jesús, Dios misteriosamente encarnado, nosotros vivimos en el mundo sin ser del mundo y caminamos lleno de esperanza hacia tu Reino. Si has bajado  a la tierra es para subirnos a nosotros al cielo, por esto te cantamos: Aleluia.

16.  Tú estás plenamente presente en la tierra sin dejar de estar ausente en el cielo. Jesús, ¡cuánto, voluntariamente, has sufrido por nosotros¡ Con tu muerte, has vencido a la muerte, y con tu resurrección, nos has dado la vida, y por esto nosotros te cantamos:

Jesús, dulzura del corazón.
Jesús, vigor del cuerpo.
Jesús, limpieza del alma.
Jesús, vivacidad del espíritu.
Jesús, alegría de mi corazón.
Jesús, mi esperanza, mi única esperanza.
Jesús, alabanza excelsa, alabanza eterna.
Jesús, plenitud de mi alegría.
Jesús, mi único deseo, no me rechaces.
Jesús, mi Pastor, búscame.

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

17.  Todos los ángeles magnifican incesantemente tu Santo Nombre Jesús, cantando en el cielo: “Santo, Santo, Santo”. Nosotros pecadores, también, con nuestros labios de arcilla, sobre la tierra te cantamos: Aleluia.

18.  Viéndote, oh Jesús nuestro Salvador, los oradores más elocuentes quedan sin palabra. No son capaces de decir cómo tu permaneces Dios inmutable y hombre perfecto. Pero nosotros, llenos de admiración delante del misterio, con fe gritamos:

Jesús, Dios desde toda la eternidad.
Jesús, Rey de reyes.
Jesús, Señor de los señores.
Jesús, justicia de los vivos y de los muertos.
Jesús, esperanza de quienes están sin esperanza.
Jesús, consolación de los que lloran.
Jesús, gloria de los humildes.
Jesús, en tu compasión, cúrame.
Jesús, expulsa de mí el desaliento.
Jesús, ilumina los pensamientos de mi corazón.
Jesús, mantiene despierto en mí el recuerdo de la muerte.

19.  Queriendo salvar el mundo, oh Sol que surges, has tomado un cuerpo como el nuestro y te has humillado hasta la muerte. Por esto tu Nombre ha sido exaltado sobre todo nombre y de todos los seres de la tierra y del cielo sientes cantar: Aleluia.

20.  ¡Dios eterno, Consolador! Cristo verdadero: purifícanos de toda mancha, como has purificado los diez leprosos, y cúranos como has curado a Zaqueo, al publicano, de modo que arrepentidos te cantemos:

Jesús, tesoro incorruptible.
Jesús, riqueza inexorable.
Jesús, alimento de los fuertes.
Jesús, fuente inextinguible.
Jesús, vestido de los pobres.
Jesús, abogado de las viudas.
Jesús, defensor de los huérfanos.
Jesús, ayuda de los trabajadores.
Jesús, guía de los peregrinos.
Jesús, piloto de los navegantes.
Jesús, consuelo de los angustiados.
Jesús, levántame de mi culpa.

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

21.  Te ofrezco, yo indigno, un himno lleno de ternura y de arrepentimiento. Como la cananea te llamo: “¡Jesús, ten piedad de mí!” Cúrame, Jesús, yo que te grito: Aleluia.

22.  Pablo, que hasta aquel momento Te perseguía obedece al poder de la voz que lo ilumina del conocimiento divino, y se convierte al instante. Así también Señor -Luz que ilumina a quien está en las tinieblas de la ignorancia- ilumina los ojos oscurecidos de mi alma que te invoca:

Jesús, Dios invencible en tu fuerza.
Jesús, Señor omnipotente e inmortal.
Jesús, Creador resplandeciente de gloria.
Jesús, guía seguro.
Jesús, Pastor infatigable en tu ternura.
Jesús, Salvador muy compasivo.
Jesús, ilumina a mis sentidos cegados por las pasiones.
Jesús, cúrame, que estoy desfigurado por el pecado.
Jesús, defiende mi corazón de los malos deseos.

Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí

23.  Dadme la gracia, Jesús, tú que perdona toda deuda. Acógeme, arrepentido, como has acogido a Pedro que te había negado. Llámame, a mí pecador, como has llamado  a Pablo que te perseguía, Y escúchame, que te canto: Aleluia.

24.  Celebrando tu Encarnación, todos nosotros te alabamos. Con Tomás, te confesamos Dios y Señor que, sentado a la diestra del Padre vendrás a juzgar a vivos y a muertos. Otórgame un lugar a tu derecha a mi que te canto:

Jesús, fuego de amor, enciéndeme.
Jesús, morada eterna, refúgiame.
Jesús, manto de luz, revísteme de tu belleza.
Jesús, perla de gran precio, brilla sobre mí.
Jesús, sol que surges, ilumíname.
Jesús, luz santa, esclaréceme.
Jesús, de toda enfermedad, presérvame.
Jesús, arráncame de la mano del adversario.
Jesús, libérame de la pena eterna.

25.  Oh Jesús, manso y humilde de corazón, en tu amor que nada desprecia, mira nuestra miseria, perdónanos sin límite y en tu compasión infinita acepta nuestra humilde oración como has aceptado la pobreza ofrecida de la viuda.

Jesús, a imagen de lo niños, tus preferidos, transfórmame.
Jesús, como los pastores asombrados, atráeme hacia Ti.
Jesús, como al ciego de nacimiento, tócame, que yo te vea.
Jesús, como al paralítico, cúrame para que yo camine contigo.
Jesús, como la cananea que te suplicaba, escúchame.
Jesús, como María que te escuchaba, háblame de Ti.
Jesús, como sobre Pedro que te había negado, fija tu mirada sobre mí.
Jesús, como María Magdalena que te amó mucho, perdóname.
Jesús, como Zaqueo, llámame y ven a mí.
Jesús, como la hija de Jairo, revíveme.
Jesús, como a la Samaritana, transfórmame.
Jesús, como Juan –el discípulo amado- hazme permanecer en Ti.
Jesús, al terminar mi vida, como el buen ladrón, dime: “Hoy estarás conmigo en mi Reino.”